El título de esta entrada cobra sentido al leer lo que nos cuenta Carla. Ella fue quien sacó al ruedo una cámara, la tercera de este proyecto de una manera un poco inesperada y nos cuenta así su experiencia;
Tenía la intención de sacar una foto y pasarla a alguien que creo que le molaría la experiencia (no voy a decir quien porque todavía quedan cámaras por repartir y quiero que sea sorpresa). Peeeero me tomé bastante tiempo en búsqueda de LA FOTO, la ideal, la que más justicia le haga a la consigna "Naturaleza". ¿Y qué logré? Postergar jaja, hasta que hubo un reencuentro, de esos que se atesoran mucho y se repiten poco. Lo cuento porque viene a cuento, porque estaba casi segura que a Adri le iba a gustar la idea de una foto, una foto irrepetible, una foto pensada, inspirada, de crear, de crear colectivamente... por eso le revelé mi pequeño secreto, que portaba una cámara analógica con pegatinas todos los días en la mochila, y sí que le gustó. Entonces en un acto mucho más espontáneo que el lugar que le estaba dando a la foto, le entregué la cámara.
De esta anécdota me quedan algunas cositas....
La primera y creo que más obvia es que buscando el momento ideal para hacer la primera foto del carrete, no hice ninguna. Anoto para la próxima: menos dudas y más acción.
La segunda, es que no importa no haber hecho esa foto, la vida a veces nos sorprende, hay cosas que se salen de los planes y nos invitan a recalcular (si hasta cambié de destinatario en un segundo), y no pasa nada. Aunque tenía ganas de sacar esa foto de inauguración, me llena de emoción y expectación saber que hay por lo menos una persona a la que cuando le conté lo que estamos intentando construir me miró con ojos de niño entusiasmado con el juego... y por eso el impulso sin dudas de que tenía que reformular mis expectativas de cómo jugarlo, porque en realidad para eso lo hacemos -no porque amemos las reglas- para influirnos colectivamente y aprender algo de esta experiencia.
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